lunes, 26 de noviembre de 2007

LA INTERJECCIÓN.

Las interjecciones son palabras invariables que equivalen a una oración. Se emplean exclusivamente en oraciones exclamativas.

Pueden ser propias e impropias o derivadas; las primeras palabras que siempre funcionan como interjecciones:


¡Ay! ¡Ah! ¡Oh!
¡Huy! ¡Bah! ¡Hurra!
¡Uf! ¡Ojalá! ¡Ea!
¡Puf! ¡Hola! ¡Caramba!

Estas expresiones no deben confundirse con los sonidos onomatopéyicos, que son los que imitan de la naturaleza, como: qrr, zas, pum, je-je, run-run.

Las impropias o derivadas estan formadas por palabras que pertenecen a alguna categoría gramatical pero que se pueden emplear como interjección:


¡Fuego! ¡Bravo! ¡Socorro!
¡Suerte! ¡Ánimo! ¡Espléndido!
¡Diablos! ¡Dios mío! ¡Vaya!
¡Por Dios! ¡Bueno! ¡Fuera!
¡Alerta! ¡Cuidado! ¡Auxilio!
¡Salud! ¡Atención! ¡Peligro!

Existen además frases u oraciones completas, de carácter exclamativo, que funcionan como una interjección:

¡Hermosa tarde! ¡Hemos ganado!
¡Ojalá llueva! ¡Bonita respuesta!
¡Vaya contigo! ¡Qué Cansancio!

Las interjecciones no son realmente una categoría gramatical; no forman parte de la oración ya que ellas, por sí mismas, constituyen una oración. Por ejemplo cuando se dice: ¡Socorro!, están implícitos el sujeto y el verbo, es decir que la interjección equivale a decir Yo pido ayuda.